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domingo, 9 de septiembre de 2012

La historia y las Relaciones de Poder


La historia y las Relaciones de Poder

El trabajo de la recopilación de la historia o de la compilación de la misma, se ha dejado siempre en manos de aquellos doctos capaces de entender el mundo desde toda la dimensión global del mismo. Producto de ello, en América latina por lo general tenemos una historia de blancos por sobre negros e indios, pues quienes se dedicaron a contar todo lo sucedido en nuestras tierras durante los años de invasión disfrazada de conquista y de rebelión en busca de independencia, fueron españoles, ingleses, portugueses  e italianos. La historia aprendida por nuestros pueblos sobre sus procesos, siempre se ha contado desde el Tierra, Tierra a la vista del español Rodrigo de Triana, y no desde el barco, barco sobre la mar, que quizá muchos aborígenes gritaron desde las costas durante tantos años que duró el proceso de invasión, como lo relatan las crónicas portuguesas sobre testimonios en Brasil.

Y esto se produjo por el como se fue desdibujando la historia de los pueblos que habitaban el Abya Ayala, la imposición de las costumbres europeas sobre las aborígenes, el desconocer por parte de los invasores los procesos civilizatorios que se llevaban en el nuevo continente y el reducir a su visión particular del mundo, todo el mundo, trajo consigo que la ignorancia que se respiraba en la España devastada por la guerra y la miseria económica se traspolara al nuevo territorio, de manos de quienes no poseían ni siquiera su derecho a la libertad. Los Conquistadores.

No es entonces casual que Pizarro en Perú asesinara a Atahualpa excusándose en la religión, cuando el trasfondo era el oro Inca, ni que Pizarro en México fundiera los símbolos sagrados al descubrir que eran hechos de oro, metal que en la Europa donde se estaba desarrollando el mercantilismo tenia un alto costo y que en las nuevas tierras solo era fragmentos del dios Sol que adornaban los cuerpos  y los centros de adoración en la tierra.

La historia nos la contaron desde la pluma y la conciencia de quienes con el transcurrir del tiempo necesitaron mantenerse por encima de otros para conservar el poder. 

No podemos desconocer que existe una historia oficial, mundialmente aceptada y propagada, pero, tampoco se puede creer que esa es la única historia que existe, pues seria decirle al mundo que la historia de los pueblos sin historia no existe, la historia de nosotros, de nuestros barrios, de nuestras calles, de nuestras situaciones y de como la hemos construido sin necesidad de que nadie nos enseñe el método para hacerlo, pues en muchos casos hemos construido sin saber que lo hemos hecho, así como el navegante italiano murió sin saber lo que había encontrado y la verdadera razón por la cual estaba preso. 

La Revolución Bolivariana, se ha encargado justamente de aproximarse a una historia quizá mas parecida a la que nos corresponde como americanos y sobre todo como venezolanos, a una historia Matria (Patria) contada por quienes son sus referentes mas cercanos en distintas micro-localidades del país. Eso, ha causado gran estupor entre quienes a partir de la academia consideran a la historia como un relato ya consolidado, y ven en todos los nuevos procesos de visibilizacion de hechos y de análisis de relaciones que intervienen en ellos, poca rigurosidad al no ser levantada bajo el alero de las concepciones filosóficas de héroes que hicieron todo sin la ayuda de los invisibles. 

Contar la historia no es referirnos única y exclusivamente a las fechas y al personaje especifico que nos interesa resaltar, ensalzándolo a tal punto que lo alejemos del común de las personas que quizá en alguna etapa o suceso especifico de su vida necesitaron de su fuerza para cambiar el mundo que los rodea. No, no son estos los años, en que nuestra piel es blanca, negra, india o amarilla, estamos renaciendo los mulatos, los pardos y los zambos, hemos iniciado un proceso de reconocimiento histórico que nos acerca a lo más parecido a nosotros mismos. La identidad.

Cabe destacar que los sucesos de nuestras micro-localidades no existen de manera aislada, y que la suma de todas estas historias tampoco construyen la historia de la Republica  ni de la América en general, pero con ellas logramos aproximarnos al mundo en que hemos vivido realmente, que hemos sentido y el cual nos retrata como habitantes de la Matria. 

La Revolución pasa por esto también, por vernos como iguales (Humanos) capaces de transformar un mundo  con marcadas diferencias sociales, pero no ajeno a nuestra realidad. Este debe ser uno de los aportes que han de hacer nuestros nuevos historiadores, capaces de entender la rigurosidad que amerita el reconstruir la historia de nuestros pueblos invisibilizados por siglos, pero consecuentes con la idea de rescatar la identidad y el estatus de libertad.

Las relaciones de poder están cambiando en Venezuela y con ellas la Historia, es por eso que podemos observar un rostro del Libertador Simón Bolívar alejado de la europeización del arte, un Bolívar nuestro y una historia Matria contada por historiadores de barrio que años atrás no existían para la Patria.
Hoy en día la historia nos permite aseverar como lo hacia el maestro Benedetti

 aquí abajo abajo
Cerca de las raíces
Es donde la memoria
Ningún recuerdo omite
Y hay quienes se desmueren
Y hay quienes se desviven
Y así entre todos logran
Lo que era un imposible
Que todo el mundo sepa
Que el Sur también existe.



Luis Fernando Claros Posada
Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural
Investigador de procesos Socio-Culturales

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