La historia y las Relaciones de Poder
El trabajo de la recopilación de
la historia o de la compilación de la misma, se ha dejado siempre en manos de
aquellos doctos capaces de entender el mundo desde toda la dimensión global del
mismo. Producto de ello, en América latina por lo general tenemos una historia
de blancos por sobre negros e indios, pues quienes se dedicaron a contar todo
lo sucedido en nuestras tierras durante los años de invasión disfrazada de
conquista y de rebelión en busca de independencia, fueron españoles, ingleses,
portugueses e italianos. La historia
aprendida por nuestros pueblos sobre sus procesos, siempre se ha contado desde
el Tierra, Tierra a la vista del español Rodrigo de Triana, y no desde el
barco, barco sobre la mar, que quizá muchos aborígenes gritaron desde las costas
durante tantos años que duró el proceso de invasión, como lo relatan las
crónicas portuguesas sobre testimonios en Brasil.
Y esto se produjo por el como se
fue desdibujando la historia de los pueblos que habitaban el Abya Ayala, la
imposición de las costumbres europeas sobre las aborígenes, el desconocer por
parte de los invasores los procesos civilizatorios que se llevaban en el nuevo
continente y el reducir a su visión particular del mundo, todo el mundo, trajo
consigo que la ignorancia que se respiraba en la España devastada por la guerra
y la miseria económica se traspolara al nuevo territorio, de manos de quienes
no poseían ni siquiera su derecho a la libertad. Los Conquistadores.
No es entonces casual que Pizarro
en Perú asesinara a Atahualpa excusándose en la religión, cuando el trasfondo
era el oro Inca, ni que Pizarro en México fundiera los símbolos sagrados al
descubrir que eran hechos de oro, metal que en la Europa donde se estaba
desarrollando el mercantilismo tenia un alto costo y que en las nuevas tierras
solo era fragmentos del dios Sol que adornaban los cuerpos y los centros de adoración en la tierra.
La historia nos la contaron desde
la pluma y la conciencia de quienes con el transcurrir del tiempo necesitaron
mantenerse por encima de otros para conservar el poder.
No podemos desconocer que existe
una historia oficial, mundialmente aceptada y propagada, pero, tampoco se puede
creer que esa es la única historia que existe, pues seria decirle al mundo que la
historia de los pueblos sin historia no existe, la historia de nosotros, de
nuestros barrios, de nuestras calles, de nuestras situaciones y de como la
hemos construido sin necesidad de que nadie nos enseñe el método para hacerlo,
pues en muchos casos hemos construido sin saber que lo hemos hecho, así como el
navegante italiano murió sin saber lo que había encontrado y la verdadera razón
por la cual estaba preso.
La Revolución Bolivariana, se ha
encargado justamente de aproximarse a una historia quizá mas parecida a la que
nos corresponde como americanos y sobre todo como venezolanos, a una historia
Matria (Patria) contada por quienes son sus referentes mas cercanos en
distintas micro-localidades del país. Eso, ha causado gran estupor entre quienes
a partir de la academia consideran a la historia como un relato ya consolidado,
y ven en todos los nuevos procesos de visibilizacion de hechos y de análisis de
relaciones que intervienen en ellos, poca rigurosidad al no ser levantada bajo
el alero de las concepciones filosóficas de héroes que hicieron todo sin la
ayuda de los invisibles.
Contar la historia no es
referirnos única y exclusivamente a las fechas y al personaje especifico que
nos interesa resaltar, ensalzándolo a tal punto que lo alejemos del común de
las personas que quizá en alguna etapa o suceso especifico de su vida
necesitaron de su fuerza para cambiar el mundo que los rodea. No, no son estos
los años, en que nuestra piel es blanca, negra, india o amarilla, estamos
renaciendo los mulatos, los pardos y los zambos, hemos iniciado un proceso de
reconocimiento histórico que nos acerca a lo más parecido a nosotros mismos. La
identidad.
Cabe destacar que los sucesos de
nuestras micro-localidades no existen de manera aislada, y que la suma de todas
estas historias tampoco construyen la historia de la Republica ni de la América en general, pero con ellas
logramos aproximarnos al mundo en que hemos vivido realmente, que hemos sentido
y el cual nos retrata como habitantes de la Matria.
La Revolución pasa por esto
también, por vernos como iguales (Humanos) capaces de transformar un mundo con marcadas diferencias sociales, pero no
ajeno a nuestra realidad. Este debe ser uno de los aportes que han de hacer
nuestros nuevos historiadores, capaces de entender la rigurosidad que amerita
el reconstruir la historia de nuestros pueblos invisibilizados por siglos, pero
consecuentes con la idea de rescatar la identidad y el estatus de libertad.
Las relaciones de poder están
cambiando en Venezuela y con ellas la Historia, es por eso que podemos observar
un rostro del Libertador Simón Bolívar alejado de la europeización del arte, un
Bolívar nuestro y una historia Matria contada por historiadores de barrio que
años atrás no existían para la Patria.
Hoy en día la historia nos
permite aseverar como lo hacia el maestro Benedetti
aquí abajo
abajo
Cerca de las raíces
Es donde la memoria
Ningún recuerdo omite
Y hay quienes se desmueren
Y hay quienes se desviven
Y así entre todos logran
Lo que era un imposible
Que todo el mundo sepa
Que el Sur también existe.
Luis
Fernando Claros Posada
Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural
Investigador de procesos Socio-Culturales
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