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miércoles, 8 de agosto de 2018

A propósito del 1ero de Mayo: Venezuela

Resumen

El presente artículo se enmarca en la visibilización de las relaciones de trabajo a la luz de los avances que en materia del proceso social del trabajo se han alcanzado en Venezuela, permite considerar que ellas, no son autónomas en el desarrollo de la sociedad, sino por el contrario dependen del sistema económico y político que predomina en el tiempo en que se configuran, en este marco se referencia el concepto de multipartismo como uno de los avances más importantes que se han logrado con la nueva lógica que rige la materia desde la llegada de la Revolución Bolivariana, pues con él,  se ha hecho visible la necesidad de que los trabajadores se formen en todo el proceso productivo incluso en el de la gerencia de las entidades de trabajo, para hacerlos actores de peso a la hora de la toma de las decisiones de carácter administrativo que contribuyen al fortalecimiento del sistema económico nacional a partir del modelo de producción que se configura en el país. El gran reto corresponde entonces, a la clase trabajadora que debe organizarse al ritmo de los acontecimientos que enfrenta la República, para lograr la independencia definitiva, y la construcción del modelo Socialista como base para el desarrollo económico del Estado.


A propósito del 1ero de Mayo: Venezuela


El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.






Simón Bolívar[1]





Cada año cuando el 1ero de mayo se acerca, se hace presente la imperiosa necesidad de saber qué anuncios en materia laboral se harán por parte del ejecutivo nacional a través del encuentro entre el Presidente de la República y los trabajadores del País, y es que desde la irrupción en el escenario político venezolano, de la Revolución Bolivariana, ésta jornada ha consolidado en el imaginario popular de los diversos colectivos la idea del encuentro para el fortalecimiento de las diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de la clase trabajadora y productiva de la República. Fortalecimiento que implica la reconfiguración de las relaciones en el marco de la nueva institucionalidad que se ha venido dando forma en la concreción de las políticas del Gobierno Bolivariano y que han tenido repercusiones en diversos sectores de la sociedad.

Actualmente Venezuela es el foco de diversos señalamientos de carácter político, pero sobre todo en materia económica a nivel internacional, lugar donde el imperio de la comunicación a jugado un papel importante y ha tejido una red de desinformación que afecta subjetiva y objetivamente las relaciones internas del país, generando condiciones para el detrimento de la capacidad de compra de bienes y servicios de consumo por parte de los ciudadanos, lo cual afecta de manera directa  el modo de relación que se sostiene entre los trabajadores, el Gobierno y el empresariado nacional, la llamada Guerra Económica, es un constructo que se materializa en la realidad concreta del día a día del Pueblo trabajador venezolano cuando se ve desprovisto de los insumos necesarios para el reimpulso de la producción nacional y la consolidación de nuevas formas de relacionamiento entre trabajo y capital, tensión que está en el centro de los problemas que se presentan en el campo de lo necesario para fortalecer el proceso social del trabajo.

Es indiscutible que las relaciones de trabajo se encuentran ligadas directamente al desarrollo político y económico del país, los avances en materia laboral que se han alcanzado en los últimos años permiten dar certeza de lo expuesto anteriormente, pues se debe considerar que el unilateralismo que rigió la institucionalización de las relaciones laborales durante la segunda mitad del siglo XX en Venezuela, hoy en día sirve solo como referente para comprender el transito histórico por el que ha pasado el pueblo trabajador para llegar al multipartismo, concepto que agrega nuevos elementos a la relaciones entre trabajadores, Gobierno y empresariado[2], iniciado en las transformaciones políticas del año 1999, en las que se visibiliza a algunos actores del proceso social del trabajo que no existían para el tripartismo y por ende, engrosaban el sector de exclusión en que grandes sectores de la sociedad quedaban por fuera del ámbito de acción en que las políticas en materia laboral regían.

Y es que la propuesta del Gobierno Bolivariano, de dar un vuelco a la institucionalidad y comprender desde una lógica distinta a la del sistema neoliberal que rigió la orientaciones del Estado venezolano hasta finales del año 1998, lo que es el proceso social del trabajo y con ello los sistemas productivos de la República, hacen necesario impulsar todos los años políticas que “apuntan a cerrar brechas de desigualdad, no solo en la promoción de la participación, sino en la distribución de la riqueza”. (Lucena[3] 2009:17) y así generar un nuevo marco donde la capacidad de inclusión de diversos sectores sea efectiva para el apalancamiento de un modelo económico sustentable y sostenible que permita romper con “el patrón nacido en la industria petrolera que fomentó una tajante separación entre la acción reivindicativa y la gestión de negocios”. (Lucena 2009:22).

En la realidad venezolana, cuando se habla del 1ero de mayo, a diferencia de otros lugares del globo terráqueo en que aún se habla de la lucha por la reducción de jornada laboral, o por el incremento de sueldo base[4], solo por nombrar dos reivindicaciones que actualmente son fundamentales para el movimiento obrero mundial, se habla en realidad  de la importancia de la participación de los trabajadores en la gestión de la empresas que configuran el nuevo modelo económico del país. Ciertamente no se deja de lado el debate al respecto de las relaciones sindicales y empresariales, ni de la imperiosa necesidad de  la administración del trabajo y la justicia laboral, pero “lo nuevo realmente es el contexto y el empoderamiento de los trabajadores, que da lugar a reacciones muy diferentes a las ocurridas en periodos de crisis económicas” (Lucena 2009:12) considerando que uno de los grandes retos a los que se enfrenta la Revolución Bolivariana, es a constituir una base económica nacional que la vincule fuertemente con la economía internacional, y ello pasa necesariamente por la organización de los trabajadores de todos los sectores y con ello el cierre de  la brecha que ha sido creada en torno a la relación asimétrica del capital respecto del trabajo, lógica que impera en los sistemas de corte capitalista que predominan en la economía mundial.

Venezuela avanza a pasos agigantados en materia de Seguridad Social con un sistema fortalecido de pensiones, con la consolidación de instituciones necesarias para la protección y garantía de los derechos derivados de la relación surgida en el marco del proceso social del trabajo entre empleador y empleados, con políticas concretas dirigidas a la protección integral de la familia como es el caso de la inamovilidad laboral, y de las condiciones para hacer de este proceso social, un proceso de trabajo decente que en palabras de Juan Somavia[5] se refiere a la abolición del trabajo forzado, del problema del trabajo infantil, de asegurar la existencia y la no discriminación para el ingreso a un empleo, el funcionamiento efectivo de la libertad de asociación y de negociación de las condiciones colectivas de trabajo. Pero aún en lo que se refiere a la configuración de las luchas que adelanta el pueblo trabajador, queda un largo camino que construir, la voluntad política del Gobierno en la trasformación del Estado es visible, el reto como trabajadores está en la recuperación de espacios participativos que permitan identificar los elementos que dan forma a la organización del trabajo productivo y así a la gestión de negocios que procure que las decisiones en el marco del proceso social del trabajo se tomen en consideración a la visión que tiene el colectivo trabajador del sistema de producción requerido.

El título V de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, trae al debate quizá una de las bases fundamentales para la transformación del modelo económico del país, la formación colectiva, integral, continua y permanente para hacer de los espacios de trabajo verdaderas entidades en que “la enajenación de los trabajadores con la organización del trabajo y del producto donde intervienen como productores. (Lucena 2009:21) sea superada logrando hacer del trabajador, quien administre y pueda disponer de los factores de la producción para alcanzar las metas propuestas por la organización productiva que dirige y así, contribuir con el modelo económico en construcción que debe hacer frente a la Guerra Económica que amenaza constantemente con hacer retroceder los logros alcanzados a la fecha en cuanto a garantías económicas, políticas y sociales del Pueblo y el Gobierno Bolivariano.

Es así pues, que cuando el 1ero de mayo se acerca, la lucha de Chicago liderada por Socialistas, Anarquistas y Comunistas; en Venezuela se fortalece mediante  el encuentro entre el Presidente Obrero y el Pueblo Trabajador que ve en el fortalecimiento de las acciones de cogestión de las entidades de trabajo, el aumento de la actividad productiva y con ello la consolidación de la Revolución Bolivariana, en un día, que no es solo un día, “es un siglo porque este es el siglo de la Revolución, del Socialismo, y por tanto; de la Clase Obrera como esencia del proyecto Socialista”[6]


Msc. Luis Fernando Claros Posada

Articulo Publicado en   la Revista ENTORNO. (13) Revista de la Vicepresidencia de la Republica Bolivariana de Venezuela. Mayo de 2018


[1]  Extracto del discurso al congreso Constituyente de Angostura, el 15 de febrero de 1819.
[2] Proceso conocido como tripartismo, el cual considera legislación en el área laboral pero con limitadas practicas institucionales y limitado control desde las bases.
[3] Lucena H 2009. Lo laboral en tiempos de transición. Talleres cosmográfica. Caracas, Venezuela.
[4] Ambos casos han sido sistemáticamente discutidos, y actualmente se tienen records en aumento de salario en comparación con otros países de América latina, así como jornadas laborales en constante reducción.
[5] Director General de la OIT entre 1999-2012.
[6] Fragmento del Discurso del Comandante Hugo Chávez: en referencia a la Celebración del día del Trabajador.  Teatro Teresa Carreño 30/04/2010.

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