Finalizaba el año escolar, cuando al medio día, justo a la hora de almuerzo,
Diego, de seis años, el nieto menor de Heriberto, aprovecho la presencia de su
abuelo en el comedor para preguntar: Nono ¿Quién era Bolívar?. Era el 14 de
diciembre de 2004, Heriberto tomó su última cucharada de sopa, miro al niño con
ojos de ternura, y aprovecho la ocasión para hablar sobre el ALBA.
(De la propuesta editorial: 100 cuentos, 100 palabras, para dormir a mis tres. CencisEditores)
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