Mas hay también ¡oh
Tierra! un día... un día... un día...
en que levamos anclas para jamás volver;
un día en que discurren vientos ineluctables...
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!
en que levamos anclas para jamás volver;
un día en que discurren vientos ineluctables...
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!
Porfirio Barba Jacob
No somos invisibles:
Historia Insurgente
Hablar
de Historia Insurgente, implica replantear el concepto de Historia,
preguntarnos sobre como se construye la misma, desde la mentalidad del
colonizador, y por ende, de cómo la reproduce el colonizado. Al referirnos a
reproducción por parte del colonizado, se hace referencia directa a confrontar
las fuentes que a este lado del mundo han servido como base para organizar los
datos y teorizar desde la lógica occidental, todo lo que se dice que hemos
vivido y como lo hemos vivido, específicamente a este lado del mundo, para ello
debemos ir reflexionado como científicos-humanos la concepción del grito
¡Tierra a la vista¡ y atendiendo a la posibilidad de algún sonido que pueda
haberse referido al ¡ Barco, Balsa, Canoa…! U otro similar en un idioma que con el pasar de los
años se hizo extraño para los pobladores de nuestra América.
Al
decir esto, se considera importante, profundizar en los conceptos que permiten
reconocer la carga histórica de los argumentos esgrimidos para hacer valida una
u otra posición al respecto de lo que es realmente es cierto o no a la hora de
hablar de una historia propia. Es menester orientar los programas Académicos de
Grado, de Maestría o Doctorado rumbo a
un lugar que no nos lleve a reproducir las lógicas impuestas y obviar lo obvio
por obvio, sino por el contrario hablar de ello con tanta profundidad que se
pueda interpretar la lógica del colonizador no desde la postura victimizante
que generalmente se atribuye al colonizado, pero tampoco desde el deseo de
querer parecerse al colonizador para dejar de ser colonizado.
El
rumbo pudiera ser el nosotros, el como nos construimos en lo individual (yo) para
dar paso a la construcción colectiva de los otros (ellos), estudiando las
formas y los modos en que las relaciones sociales conectan los puntos y pueden
dar una nueva explicación de las lógicas que nos configuran como nación. Cómo
se construyen las categorías de análisis que empleamos y cómo se problematizan
para dar un sentido desde la otra visión oportuna y necesaria para encontrar
los indicadores correctos que nos permitan ir acercándonos a una historia en
que nosotros seamos los protagonistas de ella, y que nuestros aciertos-desaciertos
se analicen conceptualmente para darles un sentido cercano al encuentro con
todos.
Importante
puede ser contemplar desde la posibilidad de seminarios, y otros procesos
formativos no conducentes a grado, el replanteamiento del análisis de la
historia desde las otras ciencias auxiliares, considerando una construcción de
historia no precisamente entre los historiadores, sino entre todos los actores
visibles y no visibles de ella, es decir; reconociendo la multiplicidad de conocimientos
adquiridos a lo largo del transcurso de la vida y que han sido reflexionados
por todos aquellos que en mayor o menor medida hemos orientado y dedicado parte
de nuestro tiempo a reconstruir todo el entramado de relaciones que nos permite
aproximarnos a un relato en el que se escuchen otras voces, que la tradición,
la académica y el poder han silenciado para contar la historia como mejor les
conviene.
Es una ardua tarea, pues ¿Quién
formó a los historiadores de hoy? ¿Existen
otros métodos para organizar los datos e interpretar la historia o el colonizar
sigue enseñando a los colonizados? ¿Como hablar de la historia conocida desde la visión nueva y
develada, considerando que estamos en
los cómodos lugares que ha permitido ocupemos el Estado que la propagó?.
Prudente
es diversificar la historia, hacerla conocida por los protagonistas de ella, pero
además ir un poco más adelante o atrás según lo consideremos, y permitir que se
reescriba desde todos los espacios en que el hombre y la mujer hacen vida,
cuando nos referimos a esto, estamos entonces orientando a la construcción de una
dinámica, en que se complejice la realidad, y la historia sea un eje de
transverzalización para reflexionar, y considerar un sin fin de posibilidades
para transformar la realidad que nos parece vivimos, la cual es producida
generalmente como parte del pensamiento lógico lineal que nos heredo el
colonialismo, y el cual desechó la fantasía, la realidad, y la historia tienen más
de fantástica, de acto creador que de lógica binaria, donde unos ganan y otros
pierden, y eso es fácil de constatar cuando nos encontramos frente a las
realidades locales y vemos como ellas van construyendo el imaginario global.
La
historia insurgente, parte necesariamente de un movimiento casi que a la
velocidad de la luz, un proceso que no permite ni el estancamiento ni mucho
menos el envejecimiento de las ideas de lo que somos y él como interpretamos lo
que ha sucedido, la conciencia genera que la realidad se defina cuando dos o más
actores la están observando, nos permite reconocer el tiempo y los espacios en
que las cosas suceden y cómo suceden, de eso depende la inmortalidad de nuestros
constructos como pueblos. Que nos ha ocurrido, que como se nos contó, omitió el
relato de esta parte del contiene, nuestros pobladores ancestrales, aparecen
retratados en ella, en la historia tradicional, la de los historiadores de
oficio, con símbolos que luego nos enseñaron como anti valores, perezosos, lujuriosos,
envidioso, e incapacidad de acciones por motivo propio. Nos han dicho que
nuestra historia es la historia de héroes, generalmente blancos, y que bajo las
premisas del salvajismo, la barbarie y la civilización vinieron a salvarnos. ¿De
qué? Justamente de todos esos anti valores que nos contaron teníamos y en la actualidad
aun marcan la pauta, para valorar quien es más o quien es menos, según los
criterios elaborados por quienes se dicen vencieron.
América
al igual que áfrica y parte de Oceanía en medidas similares, ha escuchado de
manera constante que así se construyó su historia. Entonces, ahora, hablar de
historia insurgente, debe necesariamente, conectarnos como un solo pueblo, ha
de procurar permitir ver como la fundación del barrio en donde vivimos se
conecta con la realidad del municipio al que pertenece, que no es extraña a las
dinámicas económicas, sociales, políticas del estado que lo contiene ni del país
en que geográficamente se ubica, pero no solo es eso, está conectada a una región
continental, y a su vez al continente, que tienen relaciones con otros
continentes, donde también existen barrios que se están fundando. La reflexión no
es lineal, ni se acabo el modo de contarnos, la historia insurgente está
buscando en el pasado con los mismos datos una versión visible de nosotros, es
decir, un reencuentro con nuestra realidades, con nuestras formas y modos de vernos
ante el otro y ante nosotros, pero también está escribiendo lo que actualmente
nos sucede como pueblo, y del mismo modo como en el pasado nos busca
visibilizar, en el presente nos está mostrando y lo más interesante es que está
haciendo que los otros nos vean, que lo quieran o no, observen que estamos aquí,
que no somos invisibles como pueblo, y que América, no pertenece a otro
continente, América es un continente, y como tal tiene Derechos.
Luis Fernando Claros Posada
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