El hecho de que dentro de la estructura física sobre la que se sostiene la revolución exista o existan ciertas personas que ostenten un cargo de mayor o menor responsabilidad, no es garante de que ella o ellos cuenten con un espíritu revolucionario.
Por el contrario, es cuando más debemos fijarnos en la actitud de ellos, en el compromiso que tienen para con el pueblo; no olvidemos; es imposible hacerlo en las revoluciones y más aún en una revolución como la nuestra; el único hombre sobre el que existe claridad que cuenta con un espíritu revolucionario y una condición subjetiva cierta en el proceso; es el máximo líder, y aún él constantemente hace mención sobre su revisión, su critica y su autocritica.
Compañeros, estamos llamados a estudiar constantemente, y el estudiar no es solo entrar en un aula de clases, ya que hemos visto durante muchos años que aquellos que se han dedicado a estudiar en claustros, son los que están más alejados del proceso revolucionario que estamos adelantando; porque han creado relaciones de poder a través de títulos; que al igual que un cargo, no garantizan que se halla adquirido realmente el conocimiento.
El constante estudio, hace referencia a un análisis sistemático de la realidad en que se desarrolla nuestra vida; a la crítica del tercero y la autocritica del primero; eso es un principio para tener certeza de que vamos por el camino para poder contar con un espíritu revolucionario.
Tampoco podemos dejar de lado, el hecho de que al aprender a criticar y criticarnos, nos da la fortaleza de poder exponer nuestras ideas en el marco del respeto, dentro del cual encontramos la raíz para el desarrollo de un buen debate de ideas.
¡Que seria del pueblo si no hay quien levante su voz por él en las tribunas! Pero no es suficiente la voz, lo necesario es la conciencia, y solo existe conciencia cuando nuestro espíritu es revolucionario.
Los valores son un componente no menos importante que los dos anteriores, y por ende; hacen parte de esa base que constituyen el espíritu revolucionario, debemos estar atentos, y procurar que lo que hemos dicho sea lo más parecido a lo que hacemos, es por eso; que no podemos permitir y menos solapar conductas antivaloricas que se presenten en quienes hacen parte del proceso revolucionario, y menos aún en nosotros mismos.
“En la revolución todos somos importantes, ya que todos somos un instrumento por medio del cual se avizora el cambio”, entendiendo esto, lograremos comprender que la tarea es detectar los verdaderos espíritus revolucionarios, porque en ellos tenemos a los cuadros capaces de guiar a las multitudes en pro del mejoramiento de la calidad de vida no solo de nuestro pueblo, si no quizá de los demás pueblos del mundo.
“No podemos permitir, no podemos tolerar, no podemos solapar a individuos podridos conceptualmente en nuestras filas”. Es por eso; que este es el momento de la unidad, de la revisión, de la rectificación y del reimpulso, después de este año, tenemos que profundizar el proceso revolucionario y eso lo harán quienes tengan realmente un espíritu revolucionario que los haga cuadros del proceso; no es hora de desfallecer, es hora de fortificarnos porque el mañana nos recibirá como una gran muralla de hombres que creen en la idea y luchan por ella; sacando así, a quienes hasta hoy hemos visto haciendo daño al proceso.
¡PATRIA,SOCIALISMO O MUERTE!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VENCEREMOS!
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