Indiscutiblemente
el estado Táchira, en lo que llamamos la región andina del país, ha sido uno de
los estados más desprovistos en materia de políticas públicas históricamente,
la mano de caracas, tomando a esta para referirnos al asiento del Gobierno Nacional,
durante el siglo XX, no alcanzo siquiera a rozar levemente los asuntos
estructurales, de una sociedad que por su cercanía con la hermana república de
Colombia comenzó a constituirse en base a la dinámica económica de frontera.
Debemos también recordar, que el asunto al que nos referimos en cuanto al
Táchira, es similar por no llamar idéntico, al que sucede con la ciudad de
Cúcuta, donde la mano de Bogotá aun en la actualidad no alcanza para atender
las necesidades estructurales de la sociedad santandereña que se configura como
bastión del narcotráfico desde la década de los años 80tas.
Los gochos como
jocosamente llaman a los tachirenses en la capital, vienen siendo los motilones
santandereños para Bogotá, los primeros son conocidos como colombianos en caracas,
y los segundos como venecos en la capital colombiana.
La falta de
representaciones reales, de figuras de autoridad constituidas de forma concreta
y de acompañamiento directo por las autoridades competentes para la
implementación de políticas públicas en el estado Táchira, permitió, que los
gochos, se dieran los gobiernos que querían, y que en lugar de marcar
tendencias especificas en cuanto a la manera correcta de configurar su
sociedad, dibujaran un imaginario colectivo que les permitiera vivir en lo que
para algunos es doloroso pero, real, una sociedad de cómplices. Donde lo
importante no es construir en colectivo, sino mimetizarse de tal modo, que se
pueda ser amigo de todos, pero al mismo tiempo, se puedan negociar los
principios de acuerdo al postor que entre en el juego. Ejemplo vivo de ello, la convivencia pacífica
hasta que se tocan los intereses económicos del contrabando, la extracción de
gasolina y el raspe de las divisas.
Con la aparición
del Compañero Chávez en la escena y la propuesta de la Revolución Bolivariana
como nueva fase política, se fragmenta un modelo de sociedad que se venían dado
los mismos con las mismas, la repartición de curules a nivel nacional,
alcaldías a lo local y la gobernación a lo estadal, se quebró, pues eso obligo,
a que algunas figuras territoriales marcaran tendencias férreas para sobrevivir
al momento que se avecinaba, la construcción de un nuevo modelo de hacer país.
La Asamblea
nacional constituyente y el ímpetu del discurso de la dirección nacional,
específicamente del compañero Chávez, obligo a que quienes desean continuar en
la escena política, se enfrentaran a sus movimientos políticos de nacimiento, y
se rasgaran las vestiduras en nombre de la refundación de la Republica. Sin
embargo, no se logró, que el germen del proceso “decultural” de frontera como lo plantea Bourdeau, fuese reflexionado, analizado y tratado de
manera concreta en los apóstoles que estaban asumiendo el estado.
Los primeros
años de Revolución, traen consigo aportes significativos a la sociedad
tachirense que se ve tocada por un gobierno preocupado por la mejora de la
calidad de vida de los gochos. Después de tantos años de decidía a excepción de
los años de Eustoquio Gómez (en cuanto a presencia del gobierno nacional nos
referimos), las y los habitantes del Táchira sintieron que había que rendirle
cuentas a la autoridad central y que de este modo, se podrían mejorar los
errores cometidos por los dirigentes que habían pasado por la entidad y que a
la fecha aún marcaban la pauta.
Pero el dejar al
nuevo gobierno en manos de quienes se rasgaron las vestiduras trajo consigo un
nuevo matiz a la sociedad tachirense, si en el siglo XX, se habían repartido
las cuotas políticas sin consentimiento de Caracas entre los mismos, AD-COPEI- COPEI
-AD-. Ahora se entregó a quienes militando en dichos partidos de manera
reservada no habían logrado espacios públicos, y al unificar criterios en
cuanto al modo de desaparecer de la escena a quienes eran públicos, encontraron
intereses comunes para unirse de manera temporal con el objetivo de acceder al
poder. Una unión temporal de contrarios que les permitió asumir
responsabilidades en nombre de los intereses comunes.
El compañero
Chávez, hablo en alguna ocasión, de que la historia de la republica podía
contarse a partir de las traiciones, y recordó en sus discursos al General
Cipriano Castro, depuesto por su compadre. Bueno, eso hace parte de la
necesidad de entender el fenómeno social que permite constituir la sociedad
tachirense no solo del siglo pasado sino del presente.
No es casual,
que las acciones verbales más xenofóbicas de la república se presenten en la
entidad tachirense, aun reconociendo que todos y cada uno de sus habitantes
tiene profundas raíces colombianas, no es casual, que las políticas públicas
emanadas del Gobierno Nacional, que se ponen en práctica en la entidad bajo la
figura de los mismos directores que han venido ostentando cargos desde el
triunfo de la Revolución, no funcionen de la manera correcta y se desvíen en un
alto porcentaje hacia el paso fronterizo con la hermana República. ¿O Cómo
explicarnos las guarimbas internas cuando se nombra compañeros de otras
entidades o jóvenes en las direcciones de organismos en Táchira?
Entender el
complejo proceso que vive una sociedad como la tachirense, requiere de una
observación constante, directa y de un acompañamiento concreto de quienes
orientan las líneas nacionales. Los Gochos no son arrechos, son ciudadanos y
ciudadanas como cualquier otro del país, con una variante especifica que se las
ha dado el vivir en una frontera, donde han sido históricamente abandonados por
el gobierno nacional, junto a una ciudad vecina que ha vivido lo mismo por
parte de su gobierno, y que no han encontrado otra forma de sobrevivir que de
aquella donde todo es susceptible de compra y de venta, y si nos lo regalan
mejor, para hacer negocio con ella, y solo gastar saliva.
Todo esto, ha
producido un movimiento inorgánico que no garantiza las condiciones para
enfrentarnos al poderío económico que busca desestabilizar la república, los
verdaderos actores de la construcción real del país, en la entidad, están
invisibilizados por figuras que distan mucho de generar espacios para el
empoderamiento de un pueblo, que respalda las políticas nacionales pero, que no
se identifica con los líderes locales ni estadales.
Si este no fuera
el Táchira, las barricadas, las guarimbas y todos aquellos que están
amedrentando a la sociedad civil en sectores como la av. Agustinos, la Av.
España y el Municipio Cárdenas, ya habrían cesado en sus acciones y todo
estaría nuevamente en orden. Porque aquí
hay una población que está de acuerdo con construir la Revolución de manera
pacífica, pero eso no es condicionante para no darle un parado a quienes con
violencia piensan detener el proceso que a nivel nacional se desarrolla en aras
del estado Socialista.
O aquí el
Gobierno Nacional, comprende que este es un estado de características
anárquicas por la forma en que se ha constituido su sociedad, o quienes están
dispuestos a dar la vida por una patria justa y en equidad como la profeso el
Compañero Chávez, se verán en la obligación de darle organicidad a un pueblo,
que la dirigencia política ha tenido relegado de los espacios de construcción
colectiva real, y que lo usa
cada vez que vienen los representantes de Caracas para que hagan bulto.
Luis Fernando Claros Posada
Lcdo. Educación Mención Desarrollo Cultura
Investigador de Procesos Didácticos Educativos
http://www.aporrea.org/regionales/a183677.html
1 comentarios:
agudo y acertado una profundidad con muchisimo enlaces historicos que contextualiza desde lo sociologico el gran maltrato y la desembocadura de la mala interpretacion y percepcion que tenemos de la ideosincracia tachirense que desde sus aristas historicas demanda un trato especial para el desarrollo de la nacion Venezolana
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